Estas tres recitas sencillas son para disfrutar con tu familia o amigos y a la vez cumplir con la abstinencia de carne de los viernes.
Cada viernes es una oportunidad que nos regala nuestra Santa Madre Iglesia para unirnos más profundamente al sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, quien dio su vida por nosotros en la cruz.
La abstinencia de carne, como nos enseña el Código de Derecho Canónico, es un pequeño pero significativo acto de penitencia y amor, una forma de ofrecerle a Dios nuestro corazón agradecido y dispuesto.
En este espíritu de entrega y unión familiar, compartimos tres recetas sencillas, sin carne, para que los viernes sean no solo un día de observancia piadosa, sino también de alegría alrededor de la mesa, celebrando la presencia de Cristo en nuestras vidas.
1. Sopa de lentejas con vegetales: Un abrazo al alma
Las lentejas, humildes y nutritivas, nos recuerdan la sencillez con la que Jesús vivió entre nosotros. Esta sopa es reconfortante, ideal para reunir a la familia en oración y compartir.Ingredientes (para 4 personas):

- 1 taza de lentejas (remojadas por 2 horas, si es posible)
- 1 zanahoria grande, cortada en cubos
- 1 papa mediana, en cubos
- 1 calabacín, en cubos
- 1 cebolla pequeña, picada finamente
- 2 dientes de ajo, triturados
- 1 tomate maduro, rallado
- 1 litro de agua o caldo de vegetales
- 1 hoja de laurel
- Aceite de oliva, sal y pimienta al gusto
- Un toque de comino (opcional, para un sabor especial)
Preparación:
- En una olla, sofríe la cebolla y el ajo con un chorrito de aceite de oliva hasta que estén transparentes.
- Añade el tomate rallado y cocina por 3 minutos. Incorpora las lentejas, la zanahoria, la papa, el calabacín y la hoja de laurel.
- Vierte el agua o caldo, sazona con sal, pimienta y comino (si lo deseas). Cocina a fuego medio por 25-30 minutos, hasta que las lentejas estén tiernas.
- Sirve caliente, acompañada de una oración de acción de gracias por los dones de la creación.
Sugerencia espiritual: Antes de comer, dedica un momento para bendecir la mesa, pidiendo al Señor que esta comida sencilla fortalezca el cuerpo y el alma para vivir su Evangelio.
2. Tortitas de brócoli y queso: Alegría para pequeños y grandes
Estas tortitas son una delicia que une a la familia, recordándonos que el amor de Dios se refleja también en la creatividad que ponemos en cuidar a los nuestros. Son fáciles de preparar y perfectas para los niños.Ingredientes (para 4 personas):

- 1 brócoli mediano (solo los floretes, cocidos al vapor y picados)
- 1 taza de queso rallado (cheddar o mozzarella funcionan bien)
- 2 huevos
- ½ taza de pan rallado
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite vegetal para freír
Preparación:
- En un tazón, mezcla el brócoli cocido y picado, el queso, los huevos, el pan rallado, el ajo en polvo, la sal y la pimienta.
- Forma pequeñas tortitas con las manos y fríelas en una sartén con un poco de aceite a fuego medio, unos 3 minutos por lado, hasta que estén doradas.
- Sirve con una ensalada fresca o un poco de yogur natural como salsa.
Sugerencia espiritual: Al preparar estas tortitas, medita en la paciencia y el amor de la Virgen María, quien con sencillez cuidó del Niño Jesús. Ofrece cada tortita como un acto de amor por tu familia.
3. Ensalada de garbanzos mediterránea: Frescura y gratitud
Esta ensalada, llena de colores y sabores, evoca la abundancia de la creación y nos invita a dar gracias a Dios por los frutos de la tierra. Es rápida, saludable y perfecta para un viernes de verano.Ingredientes (para 4 personas):

- 1 lata de garbanzos (escurridos y enjuagados)
- 1 pepino, cortado en cubos
- 1 pimiento rojo, en cubos
- 1 tomate grande, en cubos
- ¼ de cebolla morada, en rodajas finas
- 100 g de queso feta, desmenuzado (opcional)
- Aceitunas negras, al gusto
- Jugo de 1 limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Orégano, sal y pimienta al gusto
Preparación:
- En un tazón grande, combina los garbanzos, el pepino, el pimiento, el tomate, la cebolla y las aceitunas.
- En un frasco pequeño, mezcla el jugo de limón, el aceite de oliva, el orégano, la sal y la pimienta. Agita bien y vierte sobre la ensalada.
- Revuelve suavemente y, si lo deseas, espolvorea queso feta por encima. Sirve fresca.
Sugerencia espiritual: Al servir esta ensalada, recuerda el milagro de los panes y los peces. Da gracias a Jesús por multiplicar su amor en nuestras vidas, incluso en los detalles más pequeños.
Hermana o Hermano en Cristo Jesús, que estas recetas sean una ofrenda de amor y obediencia a nuestro Señor, quien nos llama a vivir la penitencia con alegría.
Que cada viernes, al preparar y compartir estos platos, nuestras familias crezcan en fe, esperanza y caridad. ¡
Que la Virgen María, Madre de Dios, te acompañe en este camino de santidad!
Bendiciones para ti, y que la mesa sea siempre un reflejo del banquete celestial al que estamos llamados.